La importancia del buen mantenimiento del patrimonio

Actualidad, Restauración

Llevar un correcto mantenimiento de las construcciones de nuestra propiedad no solo tiene importancia para cada propietario en sentido económico, sino que conlleva un impacto social y, por inde, es importante para la ciudad en la que vivimos. Esta es una de las conclusiones de la ponencia de Alfonso Gómez, gerente de Constructec, en el marco de la feria Mallorca Home Meeting. En su intervención sobre el escenario principal de la feria, también abordó el ciclo de vida de un proyecto de construcción.

La importancia del patrimonio

Las construcciones en una ciudad o pueblo son testigos de la historia. “Las piedras nos hablan y los edificios respiran las vidas de las personas que han pasado por ahí”, constata Alfonso Gómez, experto en la recuperación de edificios emblemáticos que forman parte del patrimonio histórico de las ciudades. Una casa, un palacete, un edificio industrial son como un libro de historia ya que aportan mucha información al estudio histórico de la sociedad. Reflejan diferentes estilos de construcción y de decoración, que permiten leer, en cierta forma, cómo, a lo largo de los siglos y las décadas han evolucionado los materiales y las técnicas de construcción, cómo han cambiado los estilos, los gustos y las modas. “No se trata tan solo de edificios bonitos, sino que tienen valor documental, histórico y, por consiguiente, cultural”, concluye el gerente de Constructec.

Responsabilidad de los técnicos  

En este sentido, los profesionales que intervienen en la rehabilitación y recuperación de un edificio tienen una gran responsabilidad, no solo de cara al cliente o el propietario del edificio, sino para con la sociedad. De ellos depende que se mantengan los rasgos originales de una obra. Hace falta en primer lugar documentarse bien sobre la historia del edificio y una estrecha colaboración entre los profesionales, como pueden ser un arqueólogo, arquitecto, aparejador y el constructor, para mantener la originalidad del edificio. Cada revestimiento, cada elemento ornamental y cada piedra pueden tener importancia, su modificación requiere por lo tanto de un estudio previo.

Mejor prevenir que intervenir 

En general, cuando se trata de edificaciones históricas o emblemáticas, siempre es preferible prevenir que intervenir. Según el técnico de Constructec, “el mantenimiento de los edificios es una actividad fundamental para su futuro, es decir, ayudará a que envejezcan de forma saludable y, por ende, que sean más longevos”. La falta de mantenimiento o el mal envejecimiento de los materiales llevan al inicio del deterioro de la construcción. Si éste no se detecta en una fase temprana y el declive prosigue, los costes de la intervención aumentan y se corre el riesgo de perder elementos fundamentales del patrimonio de nuestras ciudades. Y no solo se trata de la pérdida de unos testigos históricos; la degradación de los edificios en una ciudad también conlleva un impacto social que no se puede negar. “Conservar las construcciones condiciona rotundamente la imagen de nuestra comunidad, barrio y ciudad donde residimos”. Manteniendo las características originales, respetando la personalidad de cada inmueble y cuidando su estado, se consigue “una mejora de la calidad e imagen en nuestra ciudad”, comenta Alfonso Gómez.

Última fase del proyecto 

Por lo tanto, es esencial no dejar de lado el mantenimiento y las reparaciones de una construcción a la hora de planificar una obra. “Debemos ser responsables con nuestros inmuebles, realizando revisiones periódicas”. Se trata realmente de la última fase de cada proyecto, que se inicia con el diseño y la planificación, que corren mayoritariamente a cargo del arquitecto y del arquitecto técnico, mientras que el constructor juega el papel principal en la fase de ejecución, ya sea de obra nueva o rehabilitación. 


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