Humedades por capilaridad en casas antiguas en Mallorca

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Las humedades por capilaridad son uno de los problemas más comunes —y a la vez más desconocidos— en las viviendas antiguas de Mallorca. Muchas casas tradicionales, especialmente las construidas con piedra de marés o muros mixtos sin aislamiento, presentan síntomas de humedad en plantas bajas, sótanos o muros perimetrales que se repiten año tras año a pesar de haber sido “tratados”.

Este tipo de humedad no solo afecta a la estética de la vivienda, sino también a su salubridad, durabilidad y valor. Peor aún, es frecuente que se apliquen soluciones inadecuadas que empeoran el problema con el tiempo. En esta guía explicamos qué son las humedades por capilaridad, cómo detectarlas correctamente y qué tratamientos son compatibles con casas antiguas mallorquinas.

¿Qué son las humedades por capilaridad?

La humedad por capilaridad se produce cuando el agua del subsuelo asciende por los poros de los materiales de construcción, como si se tratara de una esponja. Este fenómeno se debe a la falta de barrera impermeabilizante en la base del muro y se agrava en edificios antiguos donde esta protección nunca fue instalada o ha desaparecido con el tiempo.

En Mallorca, este problema es especialmente habitual en viviendas rurales, casas de pueblo o edificios del casco antiguo, donde los muros están directamente apoyados sobre el terreno natural, sin cámara sanitaria ni lámina impermeable horizontal. Los materiales porosos como el marés, la cal, el mortero tradicional o incluso la piedra seca absorben esta humedad y la conducen hacia arriba.

Síntomas típicos en viviendas antiguas

La humedad por capilaridad suele identificarse por una combinación de síntomas que aparecen de forma persistente en la parte baja de los muros:

  • Manchas oscuras o amarillentas en la parte inferior de las paredes, especialmente en invierno o en días húmedos.
  • Desconchado de pintura o caída de revocos, especialmente si se han utilizado productos no transpirables como pintura plástica o yeso.
  • Presencia de eflorescencias salinas (polvo blanco cristalizado) sobre la superficie de los muros.
  • Ambiente cargado o moho en habitaciones sin ventilación natural.
  • Degradación de los materiales estructurales en zonas bajas, especialmente madera o marés.

El error más común es confundir este tipo de humedad con filtraciones o condensación. La capilaridad se manifiesta desde abajo hacia arriba, de forma lenta y constante, y normalmente afecta tanto a interiores como a exteriores.

Por qué las soluciones convencionales no funcionan

Muchas veces se intenta resolver el problema con soluciones superficiales como:

  • Pintar con productos impermeables
  • Colocar zócalos de cerámica o revestimientos decorativos
  • Rehacer el enfoscado con cemento
  • Aplicar pladur sobre el muro afectado

Estas intervenciones no solo no resuelven el problema, sino que lo empeoran, ya que bloquean la salida del vapor de agua e incrementan la presión interna. Con el tiempo, la humedad encuentra nuevas vías de escape, apareciendo en zonas adyacentes o más elevadas.

En viviendas antiguas es fundamental entender que los muros “respiran”, y cualquier intervención debe respetar su capacidad de intercambio de humedad con el entorno. De lo contrario, los daños se agravan y aparecen patologías estructurales o de habitabilidad.

humedad por capilaridad en una pared interna

¿Cómo tratar la humedad por capilaridad en casas tradicionales?

A continuación explicamos las soluciones más eficaces y compatibles con viviendas mallorquinas antiguas. Cada caso debe analizarse individualmente, pero estas son las bases de una intervención duradera:

1. Diagnóstico técnico profesional
Antes de aplicar cualquier solución, es imprescindible realizar un diagnóstico riguroso con instrumentación específica (higrómetro, termografía, medición de sales, inspección visual, etc.). En algunos casos conviene incluso realizar catas en el muro.

Un técnico especializado puede determinar si se trata de capilaridad, condensación, filtraciones o una combinación de factores. Solo con un diagnóstico certero se puede elegir la solución adecuada.

2. Instalación de barreras antihumedad
Una de las soluciones más eficaces consiste en interrumpir el ascenso de humedad desde la base mediante técnicas como:

  • Inyecciones de resina hidrófuga: se perfora el muro a lo largo de su base y se inyecta un producto que sella los poros capilares, creando una barrera química horizontal.
  • Corte del muro (en rehabilitaciones integrales): se introduce una lámina física (EPDM, PVC) a nivel del arranque del muro. Es una solución efectiva pero agresiva, que requiere recalce estructural y solo se aplica en obras mayores.

Ambas opciones deben ser ejecutadas por profesionales cualificados y compatibles con el tipo de muro. En viviendas de marés o muros mixtos, el tratamiento debe adaptarse a su capacidad de absorción y estabilidad.

3. Sustitución de revocos por materiales transpirables
Una vez cortado el ascenso de humedad, es imprescindible sustituir los revestimientos dañados por materiales que permitan la evaporación residual y eviten el encierro de humedad.

Lo ideal es utilizar morteros de cal aérea o hidráulica natural, especialmente formulados para rehabilitación. Estos productos son transpirables, resistentes a las sales, regulan la humedad ambiental y permiten la salida progresiva del agua acumulada en el muro.

Los acabados deben completarse con pinturas minerales o a la cal, evitando productos acrílicos o impermeables.

4. Ventilación y gestión del entorno
La humedad por capilaridad se ve agravada si la vivienda no tiene una correcta ventilación, tanto natural como cruzada. Es recomendable:

  • Favorecer la circulación del aire con ventanas enfrentadas o sistemas pasivos.
  • Evitar el cerramiento de porches, sótanos o almacenes sin ventilación adecuada.
  • Reparar canaletas, bajantes y conexiones de agua que puedan filtrar humedad hacia los cimientos.

También puede ser útil revisar el entorno inmediato de la vivienda: si existe un jardín con riego continuo, acumulación de agua o pendiente negativa hacia la fachada, la humedad del terreno aumentará.

¿Y si la casa ya ha sido reformada con materiales incompatibles?

Muchas viviendas reformadas en los años 80, 90 o incluso en fechas recientes han incorporado cementos, pinturas plásticas, pladur o aislamientos sintéticos que bloquean la transpirabilidad del muro. En estos casos, la única solución real es retirar los materiales no compatibles y rehacer los acabados con productos adecuados.

Esto no implica rehacer toda la casa: puede intervenirse por fases o zonas, pero siempre respetando los criterios técnicos correctos. Además, existen ayudas públicas y subvenciones que cubren parte de estas actuaciones si contribuyen a mejorar la eficiencia y salubridad de la vivienda.

Cuidar la casa desde sus cimientos

La humedad por capilaridad es un síntoma de un problema profundo que afecta desde la base de la vivienda. Ignorarla o cubrirla con soluciones estéticas solo conduce a más daños, más gasto y menor calidad de vida. Por eso, en el caso de casas antiguas en Mallorca, la clave está en conocer el funcionamiento de los materiales tradicionales y respetar su equilibrio natural.

Una reforma bien planteada no solo soluciona la humedad, sino que mejora el confort térmico, aumenta la eficiencia energética y revaloriza el inmueble. La experiencia técnica es esencial para que cada decisión sea coherente con la lógica constructiva original.

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